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Gastarse miles de euros en una bicicleta y equiparse con copias falsas del mercadillo

Una tendencia que lleva años cogiendo velocidad de crucero entre algunos ciclistas de montaña, es la de no pestañear a la hora de gastarse mucho dinero en una bicicleta, pero luego equiparse con todo tipo de componentes falsos.





Las imitaciones de productos o componentes están a la orden del día en el mountain bike, cualquiera con una conexión a internet puede acceder a una famosa macro tienda online y adquirir miles de productos que son copias falsas de marcas conocidas y que son vendidos a precios irrisorios. Esto conlleva una calidad muy baja en el material utilizado para su creación y más allá de la estética nada tiene que ver con el producto original.


¿Te imaginas comprarte un Porsche y luego ir vestido con un chándal del mercadillo?. Algo así está pasando en el mountain bike, donde algunos ciclistas llevan superbicis, pero toda su ropa es falsa, aunque estéticamente sean casi idénticas, estas prendas no transpiran bien , suelen producir roces y los cortes de confección son incómodos. Basicamente es como vestirse con un saco de patatas lleno de logos y colores.





Zapatillas de ciclismo de imitación



Los hay que van más allá de una simple camiseta y se llegan a equipar con elementos de protección tan importantes como un casco de imitación, cascos que no han superado ninguna prueba de seguridad y no se parecen en nada a los originales más allá de la estética. Hay que quererse muy poco para no invertir en un buen casco de bicicleta.


Más allá de las copias de imitación, hay otro grupo de ciclistas que después de desembolsar grandes cantidades de dinero en la compra de una bicicleta, buscan productos de categoría inferior a su nueva máquina, productos y componentes que desentonan con el estilo de la bicicleta  y que generan una extraña apariencia, aparte de que esos componentes no van a estar a la altura de lo que le va a exigir la bicicleta.


Lo justo sería que tanto componentes, como equipación vayan acorde con la bicicleta que montamos, ya no tanto para desentonar estéticamente, más bien para llevar unos componentes cuyas cualidades sean capaces de soportar los nuevos límites a los que nos llevará nuestra flamante bicicleta.