La entrada de DJI en el sector de las e-bikes con su innovador sistema Avinox ha sacudido el tablero. Un motor ultraeficiente, premiado en Eurobike 2024 y que su primera ebike Amflow se ha llevado el premio Design Innovation Award 2025 , con 105 Nm de par, pantalla OLED, conectividad total y un diseño limpio y ligero. Sin embargo, algunos medios afines a fabricantes tradicionales de motores de ebikes han comenzado a sembrar dudas justo cuando DJI empieza a ganar terreno. ¿Coincidencia? Difícil de creer.

¿Regulación o protección de mercado?
Algunos artículos alarmistas que estamos leyendo plantean que Europa podría limitar la potencia de las e-bikes a 750W,. Mientras DJI presenta un sistema revolucionario que ofrece hasta 1000W en modo Turbo —sin dejar de cumplir la normativa vigente para e-bikes actual—
Este tipo de narrativa da la impresión de querer más frenar la innovación que proteger al consumidor. Si bien es lógico revisar los límites normativos, hacerlo justo cuando un competidor disruptivo entra al mercado con una ventaja tecnológica notable genera sospechas.

Es importante recordar que, a día de hoy, no existe ninguna iniciativa ni propuesta formal de cambio normativo en Europa relacionada con las bicicletas eléctricas. Lo que estamos presenciando es una maniobra impulsada por ciertos sectores de la industria y medios de comunicación afines, que están agitando el avispero con la esperanza de que todo este ruido influya en la legislación europea y desincentive la compra de e-bikes equipadas con motores DJI.
Cabe destacar que, incluso en el hipotético caso de que se aprobara una nueva normativa que limitara la potencia a 750W, tardaría años en llegar, y DJI podría adaptarse fácilmente mediante una simple actualización de software en su ecosistema. Aun así, su sistema seguiría siendo superior al de muchas opciones actuales (en el futuro no lo sabemos): más ligero, con baterías más delgadas, resistencia al agua a presión y una integración con las líneas del cuadro que le da apariencia de una MTB convencional.
Si una marca como DJI ha sido capaz de lanzar un producto mejor, más avanzado y con aceptación inmediata, lo que toca no es atacar, sino mejorar. Porque al final, quien pierde con este tipo de ataques no es DJI, ni los motores tradicionales: es el usuario, que ve restringido el acceso a lo mejor por decisiones de despachos. Veremos como termina esta batalla, pero en vez de usar a los políticos para frenar a un competidor, deberían dar innovación e ideas frescas para plantarle cara.