Cada vez hay más usuarios de bicicletas eléctricas tentados a deslimitar sus e-bikes, una práctica completamente ilegal que puede acarrear consecuencias legales y financieras tanto para el usuario como, en casos extremos, para la tienda que realizó la modificación.
Las e-bikes que utilizamos son conocidas como Pedelec, con un motor limitado a 250 vatios y una velocidad máxima de 25 km/h, donde el motor se desactiva al alcanzar esa velocidad y nunca puede funcionar sin pedalear. Cualquier alteración que incumpla esta normativa hará que legalmente deje de ser considerada una Pedelec.
Deslimitar la velocidad de una e-bike la convierte automáticamente, a efectos legales, en un ciclomotor. Esto implica la obligación de usar un casco de moto, tener un seguro específico, pasar una ITV, poseer el carnet de ciclomotor, exhibir una matrícula y contar intermitentes. No cumplir con estos requisitos puede resultar en multas sustanciales, que van desde los 600 hasta los 3.000 euros solo por no tener seguro, además de otras sanciones por no tener la ITV, matrícula, intermitentes y conducir sin la licencia adecuada, entre otros. Además, la e-bike sería retenida y confiscada al instante al ser considerada un vehículo no apto para la circulación.
Los usuarios que deslimitan sus e-bikes también se exponen a multas por circular en sendas, ya que la deslimitación las pasa a la legislación de ciclomotores , los cuales tienen totalmente prohibido circular por sendas en España y estan sujetos a sanciones considerables. Todos los fabricantes de motores están en contra de esta práctica, tanto Bosch como Shimano incluyen tecnología en sus motores para que estos se bloqueen en caso de intentar ser manipulados.
Es importante considerar la responsabilidad legal que recae tanto en el usuario como en las tiendas o talleres que realizan la deslimitación de las e-bikes. En caso de sufrir un accidente grave, tanto individualmente como ocasionando daños a terceros, la parte afectada, sus familiares o sus seguros pueden buscar responsables, y es probable que las tiendas de bicicletas o los involucrados en la modificación de la e-bike tengan responsabilidad y enfrenten consecuencias legales.
Francia es uno de los países más estrictos en cuanto a la deslimitación de bicicletas eléctricas, ya que los infractores se enfrentan a un año de prisión y hasta 30.000 euros de multa, mientras que las tiendas que deslimiten e-bikes pueden enfrentarse a 2 años de prisión.
Por último, es importante recordar que las Pedelec no pueden funcionar sin pedalear, por lo que el uso de aceleradores en las e-bikes no está permitido. Añadir uno convertiría automáticamente la e-bike en un ciclomotor.
Las e-bikes actuales tienen suficiente potencia para realizar rutas que antes ni siquiera imaginábamos. No es necesario deslimitarlas, y si no puedes pedalear con una de ellas, tal vez el eMTB no sea tu deporte y necesites pasarte al mundo de la moto. Deslimitar una e-bike también puede dañar la imagen general de la comunidad de mountain bike y podría resultar en una prohibición generalizada de su uso en la montaña.