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Los Picos de Europa podrían ser un paraíso para la bici de montaña y el ciclo-montañismo, pero el actual Proyecto de Decreto del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de los Picos de Europa (PRUG) prohíbe la circulación de bicicletas por los senderos. Para más detalle, el Anexo VIII tan sólo recoge un puñado de viales aptos para el tránsito en bicicleta o a caballo, que básicamente son pistas de más de tres metros de ancho, podéis leer el documento completo AQUÍ
La bicicleta de montaña es una oportunidad, no una amenaza. Una fuente de oportunidades para la España rural, vaciada, como ha quedado patente en otros macizos montañosos de España (especialmente en los Pirineos). Pero en los Picos de Europa se está perdiendo la oportunidad de promocionar el turismo sostenible asociado a la bici de montaña y aumentar así las oportunidades económicas de los valles y pueblos que rodean los Picos. ¿Cuál sería la solución? Pues negociar con el colectivo de ciclistas de montaña la inclusión en el Anexo VIII de aquellos senderos que son aptos para la circulación de las bicis de montaña y que no tienen un tráfico excesivo de senderistas.
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En Picos hay centenares de kilómetros de senderos. Senderos de roca, ya erosionados por el paso del hombre. Senderos que se abrieron para unir, para conectar, y que hoy tienen un uso recreativo. Sólo se pide una regulación racional de aquellos senderos que resultan ciclables, en vez de una prohibición taxativa y discriminadora. Da qué pensar, ¿no? Pues pensemos, y reivindiquemos que se abran los Picos a la bici. Se ha abierto una recogida de firmas a través de change.org para que se regularice las bicicletas y no se prohíban, puedes apoyar la iniciativa firmando AQUÍ.