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¿Hasta donde subirán los precios de las bicicletas?

La industria del mountain bike está viviendo una fiesta que le estamos pagando todos los ciclistas, después de cerrar un año 2020 con beneficios el primer trimestre del año en curso ha vuelto a romper récords de ventas y parece ser que de momento no se ve fin a esta tendencia al alza.





Muchos echaréis de menos las jugosas ofertas en bicicletas que aparecían todos los años cuando se acercaba junio y los fabricantes empezaban a presentar sus nuevos modelos, era el momento de comprar cuadros o bicicletas de la temporada actual con jugosos descuentos de hasta un 40% de descuento, cuadros que valían 3200 € si te dabas prisa podrías conseguirlos por 1500 € en liquidación, para dejar espacio a la nueva temporada. También recordamos con añoranza cuando los comerciales insistían una y otra vez a las tiendas para instaurar la marca que representaban, ahora es al revés, las tiendas persiguen a los comerciales y estos huyen de ellas al tener el cupo de ventas completo y todas las bicicletas agotadas.






En estos tiempos que vivimos, la gran demanda de bicicletas y componentes junto a la incapacidad de las fábricas en cubrirla ha hecho que los precios se disparen y que ahora sea normal endeudarse con un crédito para poder comprarse una bicicleta, a esto hay que sumarle la locura por las eBikes, “Los SUVS del ciclismo” caras, pesadas y potentes, que prometen horas y horas de diversión por un mínimo esfuerzo y que han abierto la veda del cliente “no ciclista”. Para rematar la ecuación la falta de materias primas para la fabricación de componentes y el encarecimiento de toda la cadena de producción de una bicicleta ha sido la gota que colma para darle otro pequeño impulso a los precios.





Todo esto ha conseguido crear una burbuja de precios donde los fabricantes tienen el mango por la sartén y podrán pedir lo que quieran por sus productos. Una bicicleta no vale 14.000 € ni tampoco 7.000 €, pero sí las presentan y se agotan a las pocas semanas, lo valdrán. Una bicicleta vale lo que los ciclistas estemos dispuestos a pagar por ella y parece ser que aún no hemos llegado al límite psicológico donde un precio por una bici nos parezca demasiado alto.